Me dejas huérfano

Mis brazos huérfanos
tendidos en el silencio
y detrás un anhelo de aliento.

Al verte en mi lecho vacío
no pude iniciar la mañana,
en su lugar unas antorchas
iluminaban el día.

La invasión de cuanta compañía
pude encontrar en cierta medida
me dejó solo
arrebujado en mi orfandad,
de ahí esta simple intemperie
que clandestina permanece
sobre la almohada y las sábanas.

Lo dice todo de mí
tu rostro radiante de victoria.

Gallego Rey. Derechos Reservados.

Deja un comentario